Un viaje entre minas, ríos y recuerdos olvidados
Mi reciente visita a La Barranca, en el municipio de Sabana Iglesias, fue un recorrido fascinante por un territorio cargado de historia, transformaciones humanas y paisajes imponentes. Acompáñame en esta travesía por las minas de cielo abierto, las casas cerradas de la central hidroeléctrica, el Hoyo del Cercado y el meandro del río Yaque.
Un paisaje marcado por la minería
Al llegar a La Barranca, lo primero que captó mi atención fueron las minas de cielo abierto que, como cicatrices en la tierra, dan testimonio de años de extracción de materiales para la construcción. Algunas de estas minas continúan activas, mientras que otras han sido abandonadas, tal vez porque los recursos se han agotado. La tierra amarilla y el polvo suspendido en el aire crean un ambiente peculiar, donde la actividad humana ha moldeado el paisaje de manera irreversible.
La extracción de caliza por parte del Consorcio Minero Dominicano, S.R.L. puede tener diversas consecuencias negativas, tanto ambientales como sociales y económicas. Algunas de las principales preocupaciones incluyen: Impacto ambiental Deforestación y pérdida de biodiversidad:
La minería a cielo abierto requiere la remoción de vegetación, afectando ecosistemas locales y desplazando especies.
Alteración del suelo y erosión: La extracción de caliza puede dejar el terreno inestable, aumentando el riesgo de erosión y afectando la capacidad agrícola de la zona.
Contaminación del agua: El polvo y los residuos pueden contaminar fuentes de agua cercanas, afectando tanto el abastecimiento de comunidades como los ecosistemas acuáticos.
Polución del aire: El polvo generado por la trituración y transporte de caliza puede causar problemas respiratorios en las comunidades cercanas.
Las minas activas continúan siendo una fuente importante de recursos para la industria de la construcción en la región. La minería a cielo abierto tiene un impacto considerable en el paisaje, dejando huellas visibles en forma de canteras y cambios en la topografía. Si bien estas actividades contribuyen al desarrollo económico, también representan retos ambientales y sociales, como la erosión del suelo, la pérdida de vegetación y posibles cambios en los cursos de agua, como los del cercano río Yaque.
La Barranca pertenece al municipio de Sabana Iglesia, situado en la provincia de Santiago. Este sector está caracterizado por su ubicación geográfica a orillas del río Yaque del Norte, lo que lo convierte en un espacio de gran importancia ecológica y geográfica. La Barranca, en el municipio de Sabana Iglesia, destaca no solo por su ubicación estratégica junto al río Yaque del Norte, sino también por su valor histórico y funcional en torno a la infraestructura hidroeléctrica.
Este sector debe su nombre al cañón natural por donde el río atraviesa entre dos barrancas. Aquí se encuentra la estación hidroeléctrica Angostura, construida para aprovechar el potencial energético del río. El complejo de casas cerrado construido para los empleados de la hidroeléctrica es un vestigio de la época de auge de esta estación. Aunque actualmente está en desuso, representa una parte significativa de la historia del desarrollo energético en la región.
El Hoyo del Cercado, es una terraza fluvial al borde del río, es accesible mediante una carretera que fue abierta con maquinaria pesada en los años 70 durante la construcción de la presa de Bao, otra infraestructura clave para el manejo del agua y la generación de energía. Este acceso permitió conectar el área con el resto de la región y facilitó la construcción y operación de los proyectos hidroeléctricos.
La Barranca y sus alrededores cuentan con varias operaciones de minería a cielo abierto, dedicadas principalmente a la extracción de materiales para la construcción, como agregados para cemento. Estas actividades son típicas de zonas con características geológicas específicas, como la tierra amarilla que mencionas, que podría ser rica en arcilla o limo, componentes esenciales en la producción de cemento. Algunas de estas minas han cesado sus operaciones, posiblemente porque el material se ha agotado o debido a regulaciones ambientales o económicas que limitan su funcionamiento.
El Hoyo del Cercado, dentro de La Barranca, destaca como una terraza fluvial amplia. En esta zona, el río Yaque forma un meandro que crea un apéndice natural, contribuyendo a la riqueza paisajística y al ecosistema local. Estas características convierten al área en un lugar único para el estudio de procesos fluviales y geomorfológicos.
El meandro del río Yaque Uno de los elementos más impresionantes del recorrido fue el meandro que el río Yaque forma en la zona. El río, en su eterno fluir, ha esculpido una curva que parece un apéndice natural del curso del agua. Este accidente geográfico, además de su belleza visual, es un recordatorio de la dinámica natural del río y su capacidad de transformar el territorio con el paso del tiempo. Un río de curvas claras, donde el agua se mueve en un camino sinuoso y serpenteante. En las orillas exteriores de estas curvas, puede haber orillas o acantilados más empinados y erosionados donde el flujo de agua es más fuerte, cortando la tierra o la roca. Por el contrario, en las márgenes interiores podría haber pendientes más suaves o incluso bancos de arena y pequeñas playas donde se depositan sedimentos debido al movimiento más lento del agua. El paisaje circundante puede incluir vegetación, lo que posiblemente indique el tipo de clima de la región, como exuberantes plantas tropicales si está cerca de Santiago, República Dominicana. Dependiendo de la temporada, el río podría estar crecido con agua o más bajo, revelando más lecho del río.
Historia y procesos geológicos:
Formación de meandros: Los meandros se forman debido al proceso natural de erosión y deposición a lo largo del tiempo. El caudal del río encuentra variaciones en el paisaje o en el sustrato, lo que provoca curvas. Con el paso de los años, estas curvas se vuelven exageradas a medida que la orilla exterior se erosiona (debido a la mayor velocidad del agua) y la orilla interior deposita sedimentos (donde el flujo es más lento).
Dinámica fluvial en Santiago:
El río Yaque del Norte, que atraviesa Santiago, podría ser el río en cuestión. Sus meandros se habrían desarrollado a medida que el río se ajustó a las características geológicas de la zona, como la resistencia del lecho rocoso o tipos de suelo, y la topografía del Valle del Cibao donde se ubica Santiago.
Eventos geológicos históricos: Inundaciones: Los meandros pueden desplazarse con el tiempo, especialmente después de fuertes lluvias o inundaciones, que podrían haber ocurrido en la zona, moviendo sedimentos y alterando el curso del río.
Sedimentación: la deposición de sedimentos en las curvas interiores cambiaría lentamente la forma del meandro, lo que podría conducir a la formación de lagos en forma de meandro si una curva se cortara del flujo principal del río.
Actividad tectónica: Aunque la República Dominicana no se encuentra en un límite de placa activo, sí experimenta cierta actividad sísmica que podría influir en los cursos de los ríos durante largos períodos. Influencia humana: Las actividades humanas como la agricultura, la construcción o la deforestación también podrían afectar el curso del río, aumentando la erosión en algunas áreas o provocando la acumulación de sedimentos en otras. Características geológicas: La presencia de meandros sugiere que el área ha sido relativamente estable geológicamente para que el río haya creado tales patrones a lo largo del tiempo, pero la geología local, como el tipo de roca o suelo, jugaría un papel importante en las características específicas del formación de meandros.
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